20 de mayo de 2008

Cormac McCarthy

No sé qué tan acertado sea llegar a la obra de Cormac McCarthy a través de sus dos más recientes obras: "No country for old men" y "The road". Sin embargo, yo no puedo arrepentirme. Cormac es un escritor de primer nivel y su narrativa lo demuestra. Pese a los gazapos imperdonables que se notan en las traducciones, ambas obras son geniales. La primera, ahora famosa por ser la base de la película de los Coen que ganó el Oscar, está ambientada en la frontera México-USA en 1980. Llewelyn Moss, un cazador veterano de Vietnam, encuentra casualmente, en el medio del desierto, la sangrienta escena de una matanza entre narcos. Su olfato de sabueso lo lleva a intuir que en ese lugar hay algo más que cadáveres. No se equivoca: encuentra un maletin lleno con más de dos millones de dólares. Como la ocasión hace al ladrón, se apropia de dicho maletín y a partir de ahí se desata una sangrienta cacería, donde ahora Moss es la presa. El sheriff Ed Tom Bell (personaje que nos cuenta su vida a través de monólogos) quiere ponerlo a salvo del peligro. Una banda de narcos mexicanos que van tras lo que consideran suyo. Carson Wells, un exmilitar venido a sicario, contratado por un poderoso cártel para recuperar el dinero y... claro, Anton Chigurh, despiadado asesino que no deja testigos y con pistola de aire en mano elimina sin consideraciones a quien se cruza en su camino. Hay que prestar atención a las reflexiones que McCarthy pone en boca de Ed Tom Bell, pues ahí encontramos por qué el nombre de la novela, el desasosiego ante tanta violencia y una sociedad echada a perder. Es una novela excelente. La película guarda mucha fidelidad con el libro, pese a que algunos personajes no alcanzan el nivel que tienen en la novela.

Por su parte, "The road" o "La carretera" es, para mí, una de esas raras novelas que llegan a tu vida y te cimbran. Una trama desoladora: un padre, junto con su pequeño hijo, vagan por una carretera rumbo al sur de un territorio americano devastado por un apocalipsis que ha dejado todo en penumbra. Todo es frío, polvo, oscuridad, desolación. Paramos devastados, caminos arrasados, ciudades abandonadas. Los pocos habitantes que han sobrevivido se dividen en dos bandos: los caníbales y quienes huyen de ellos. No sabemos nunca por qué ha pasado todo esto. Solo somos testigos de la lucha de un padre por proteger a su hijo de quienes quieren, primero, quitarles lo poco que aún conservan, y luego devorarlos. Si el hipotético lector de estas breves reflexiones se siente invitado a leer esta novela, no lo dude. Es magnífica. Como creo que ya cité en algún lugar de este blog, cierto crítico dijo que todo lector se encuentra a lo largo de un año o dos cuando mucho 5 novelas que realmente lo cimbran, lo conmueven, lo cambian. "La carretera" es uno de ellos.

2 comentarios:

yacasinosoynadie dijo...

Hombre, "La Carretera" hay que leerla en ingles, aunque no es la peor traducción que he visto...

Que PUTA gran novela esa... brutal...

Arturo López dijo...

Yacasinosoynadie:
Gracias por tu comentario. Tienes toda la razón... fue algo que olvidé decir en mi entrada original... la traducción apesta. Y sin embargo, la novela cimbra al lector. Tal es su fuerza, que sobrevive al imbécil que la tradujo.
Saludos!.