Siempre que vuelvo a las letras del maestro Jorge Amado, encuentro de nuevo todo aquello que me hizo admirar profundamente su obra: sentimientos por los desposeídos, sed de justicia, descripciones realistas, riqueza narrativa. Pero sobre todo ese amor por la vida, no importa qué tan dura sea. Alegría. Colorido. Optimismo. Fortaleza. Amor por Bahía.
"Capitanes de la arena" no es la excepción. Las aventuras de Pedro Bala, Dora, Joao Grande, el Sin-Piernas, El gato y muchos más capitanes nos llevan por ese universo bahiano entrañable que Amado construyó a partir de todo aquello que él amo y defendió, siendo un gran ejemplo de congruencia.
Jorge Amado nos dejó una obra grande y grandiosa. Hay que leerla e, inevitablemente, admirarla.
28 de enero de 2010
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